El cuidado de un enfermo de cáncer es una labor dura pero necesaria. La Sociedad…
5 diferencias entre asistir y cuidar a personas dependientes
Existen diferencias entre ‘asistir’ y ‘cuidar’. Aunque nos suenen iguales y puedan ser sinónimas, no lo son. Como tampoco lo son las funciones que desempeña un asistente respecto a las de un cuidador.
Tanto el uso de un término u otro, como el rol de uno y otro, deben ser comprendidos basándonos un concepto fundamental. ‘La necesidad de apoyo de la persona varía según su grado y situación de dependencia, lo que marcará el nivel de implicación entre ella y su asistente/cuidador’.
Tendemos a generalizar la dependencia de una persona, englobando todo tipo de grados. No es lo mismo atender a alguien con Alzheimer todo el día, que ayudar a una persona a asearse y vestirse o a realizar algún otro tipo de acción determinada.
¿Cuidar o asistir a una persona dependiente?
Cuando hablamos de cuidar, hemos de entender que ello implica la toma de decisiones por la persona. Cuando lo hacemos de asistir, debemos comprender que ello significa ayudar a la persona a hacer una acción que por sí misma no es capaz de realizar, siendo conscientes de que sigue manteniendo su poder de decisión y autonomía personal.
Y es por esa tendencia a la generalización que sea tan imperativo, hoy en día, el potenciar la figura del asistente personal como profesional.
Debemos entender que el asistente disminuirá la carga de la dependencia sobre la familia y potenciará, a la par, la toma de decisiones del dependiente, lo cual favorecerá su autoestima y autonomía.
Ahora que ya sabemos qué se entiende por asistir y cuidar, nos centraremos en las principales diferencias entre ambas figuras/labores:
Asistir/Asistente
- El asistente es un profesional que tiene un método establecido y definido y una alta formación. Y cumple con un riguroso perfil técnico y competencial en base a dicha formación, su experiencia y competencias cognitivas, ejecutoras e intrapersonales.
- Sabe cual es la mejor forma de atender y asistir a una persona de una manera personalizada, teniendo en cuenta en todo momento las voluntades y deseos de la persona.
- Se huye del rol más maternalista de lo que supondría un cuidador familiar, e intenta proceder en su labor favoreciendo la autonomía y el positivismo en la persona asistida.
- Es un experto en comprender a la persona y acompañarla en su camino sin limitarle ni cortarles libertades.
- El trabajo gira entorno al bienestar y calidad de vida del enfermo y sus necesidades específicas sin hacerle sentir controlado, sobre protegido y que lo que tenga que decir u opinar no cuenta.
Cuidar/Cuidador
- Hablar de cuidar es hablar de la implicación en la toma de decisiones por la persona. A menudo la dependencia se asocia a la falta de autodecisión, lo que conlleva a una falta también de autonomía de la persona dependiente. Esto puede conducir por parte del cuidador a generar una innecesaria sobreprotección sobre el individuo.
- Cubrir las necesidades básicas de un familiar generalmente (vestirse, lavarse, comer, ir al baño,…) que se encuentra en situación de dependencia y ayudar con acciones más instrumentales (limpiar, salir de casa, gestionar sus bienes y dinero o relacionarse con otros).
- El cuidador profesional o familiar es alguien con una enorme vocación de servicio y ayuda, pero con unos conocimientos y experiencias que están por debajo de la de asistentes profesionales como los nuestros. Para muchos pueden parecer lo mismo pero para nosotros, no.
- Los cuidados pueden recaer sobre diversos miembros del entorno familiar pero habitualmente la responsabilidad máxima recae sobre uno de ellos conocido como cuidador principal.
- El perfil prototipo de cuidador principal es el de una mujer, la esposa o la hija por lo general, de edad comprendida entre los 40 y 60 años que vive con la persona dependiente, prestándole atención diaria, debe conciliar el cuidado con obligaciones propias/familiares y no suele tener una labor remunerada.
¿Qué ventajas tiene entonces recurrir a la asistencia profesional?
Te ofrece soluciones adaptadas y personalizadas para cada situación. Se busca una perfecta conexión de empatía entre asistido y asistente. Existe un control, supervisión y seguimiento de los asistentes con trabajadores sociales. Los asistentes cuentan con formación, educación, apoyo emocional, supervisión y control. Y la empresa contratada realiza visitas, ajustes y hace el seguimiento de la prestación.