El blog del asistido

¿De qué hablamos cuando hablamos de la tranquilidad del cliente?

Publicado por ASISTED el 16 octubre, 2018

Tranquilidad cliente

La tranquilidad del cliente es nuestra primera preocupación. Sabemos que la dependencia produce comprensibles temores en aquellos que la padecen y en sus familias. Miedos y dudas que aumentan a medida que ésta genera mayores limitaciones.

Tomar decisiones respecto a la asistencia y los cuidados no es fácil, pero una vez hemos encontrado a la empresa correcta y el asistente idóneo, la tranquilidad del cliente es un hecho.

En particular, cuando hemos de plantearnos el introducir a alguien en nuestra vida o en la de un ser querido, que cubra esas necesidades específicas. Antes de aceptar y recurrir a un apoyo profesional, tales preocupaciones se centran en las necesidades, carencias y riesgos derivados de dichas limitaciones. Las mismas que nos conducirán a decidirnos por contratar los servicios de asistencia profesional.

Hoy compartimos dos aspectos que más suelen preocuparnos, y que nos llevan a tomar la decisión de recurrir a contratar ayuda externa son:

  1. La soledad: aislamiento, apatía, depresión, falta de estimulación, actividad e interacción social
  2. La inseguridad: ¿qué me puede o le puede pasar a la persona cuando no tenga a nadie a su lado?

Una vez reconocidas la inseguridad e intranquilidad que nos genera la dependencia de un familiar o la merma de nuestras propias facultades, el siguiente paso es asumir que si se requiere de ayuda, hay que pedirla. Contar con una buena asistencia profesional y personalizada, mejorará nuestra calidad de vida y la del familiar dependiente considerablemente.

Soy una persona con un cierto grado de dependencia y quiero mantener mi autonomía. Pero soy consciente de que me hace falta un apoyo. Sé que contratar asistencia profesional personalizada me permitirá seguir viviendo como yo lo deseo. Pero tengo dudas sobre cómo influirá ese cambio en mi vida e independencia.

A los dependientes nos preocupa que…

  • Se aprovechen y abusen de nosotros
  • No respeten nuestros tiempos y espacio personal
  • No nos traten como adultos
  • Tomen por nosotros decisiones que no deben
  • Nos limiten y recorten libertades
  • Nos impongan rutinas y horarios
  • No nos escuchen ni tengan en cuenta lo que tengamos qué decir

Somos familiares de un ser querido dependiente valorando recurrir a asistencia profesional adaptada a las necesidades de nuestro familiar. Somos conscientes de que haciéndolo seguirá viviendo como desea, o le hubiera gustado. Pero nos impone cierto miedo y respeto dejarle en manos de alguien extraño.

A las familias nos preocupa que…

  • Se aprovechen y abusen de nuestros dependientes
  • Se aprovechen y abusen de nosotros
  • Nuestro familiar no se adapte a la persona que proporciona la asistencia
  • No podamos confiar plenamente en quien asiste
  • Les traten como niños
  • Les limiten su autonomía
  • No les asistan como quieren o querrían

Las personas que conviven con cualquier tipo de dependencia, son objetivos extremadamente vulnerables dentro de nuestra sociedad, al igual que los niños y los ancianos.

Recordemos que no todas las dependencias han de asociarse a la vejez, y que no todos los dependientes tienen problemas cognitivos/conductuales.

El colectivo de personas dependientes, con cierto grado de autonomía e independencia o sin ella, es más propenso a convertirse en víctima de abusos. Abusos que pueden darse tanto en su entorno más cercano como fuera de él.

La tranquilidad del cliente y su seguridad son, por tanto, los puntos clave en los que nos centramos cuando valoramos contratar los servicios de una asistencia profesional.

¿Y cómo logramos alcanzar esa tranquilidad y seguridad?

– Profesionalidad absoluta en la asistencia al cliente:

Siendo exigentes en la elección de la empresa de servicios de asistencia que vamos a contratar. Informémonos sobre ella: reputación, protocolos, calidez y nivel de satisfacción de sus usuarios con los servicios prestados.

Lo más importante es escoger aquella agencia que brinde una profesionalidad absoluta en la asistencia a la persona.

– Bienestar integral del asistido:

Teniendo la certeza de que se velará por el bienestar integral del asistido al contratar un servicio y no a una persona.

Velar por la seguridad de alguien es blindarlo de los riesgos que se pueden presentar y que por sus circunstancias no tiene recursos para defenderse por sí misma. Es preferible dejar esa seguridad en manos de una empresa y no un único individuo.

Evitaremos así problemas de absentismos, vacaciones, demandas laborables, indemnizaciones,…

– El asistido es quien importa:

Una empresa de servicios de asistencia de calidad, te ofrecerá la sustitución garantizada del asistente sin coste alguno en caso de no conseguir la empatía adecuada con el asistido.

Libertad absoluta para el cliente:

La familia y los cuidadores familiares de esas personas dependientes, pasamos a ser un elemento prescindible del sistema. Podemos relajarnos, tenemos tiempo para cuidarnos y conciliar, sabiendo que toda interacción y el tiempo que pasemos con ellos será por motivos emocionales, por elección y deseo propios pero no por necesidad.

Cuando estemos decididos a recurrir a servicios de asistencia profesional, escojamos aquel proveedor que mejor se adecue a las necesidades del usuario y su entorno.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *