Hoy, 29 de octubre, se conmemora el día mundial del ictus, el accidente cerebrovascular que afecta a más personas.

Este accidente cerebrovascular se produce cuando hay una rotura u obstrucción en un vaso sanguíneo que causa la reducción del flujo sanguíneo que llega al cerebro, haciendo que las células nerviosas no reciban el suficiente oxígeno y dejen de funcionar.

El cerebro es el órgano más sensible a la falta de aporte sanguíneo. Diagnosticarlo de forma precoz y administrar un tratamiento específico es fundamental para impedir que afecte a más tejido cerebral.

Según datos de la Sociedad Española de Neurología el ictus es la segunda causa de muerte en España (la primera en mujeres). Cada año, lo sufren entre 110.000 y 120.000 personas, de los cuales un 50% queda con secuelas o fallece.

Actualmente, mueren en torno a 27 mil personas al año a causa de un ictus. El número de defunciones relacionadas con esta enfermedad se prevé que aumente un 40% entre 2015 y 2035 debido al envejecimiento progresivo de la población.

El ictus es, además, la primera causa de discapacidad física en personas adultas y la segunda causa de deterioro cognitivo. Es, de hecho, más incapacitante que el resto de las enfermedades neurológicas juntas.

Entonces, ¿hay forma de prevenirlo y detectarlo cuando ocurre?

Síntomas para detectar un accidente cerebrovascular

Expertos insisten en la importancia de saber detectarlo y pedir ayuda inmediatamente para reducir el máximo posible las secuelas y la mortalidad.

Algunas de las primeras señales que se manifiestan al sufrir un Ictus son la pérdida de equilibrio, dolor de cabeza, o mareos. Esto, normalmente va acompañado de visión borrosa.

Otro signo muy recurrente es la pérdida de fuerza en los músculos de la cara y extremidades. Normalmente, en una mitad del cuerpo.

Si estos síntomas vienen acompañados de confusión o dificultades al hablar, lo mejor es llamar inmediatamente a emergencias.

En Cataluña, se ha desarrollado una estrategia llamada Código Ictus para poder asistir al paciente en el menor tiempo posible. Es un protocolo de urgencias que permite identificar, notificar y trasladar a los pacientes con sospecha de ictus de forma rápida al hospital de referencia. Allí, se realiza un diagnóstico preciso para administrar el tratamiento adecuado lo más rápido posible.

Concienciación y prevención en el día mundial del Ictus

En el día mundial del Ictus, queremos dar visibilidad a esta enfermedad y concienciar de la importancia de la prevención.

Más del 80% de los ictus son evitables. Llevar un estilo de vida saludable puede reducir considerablemente las probabilidades de sufrir un accidente cerebrovascular.

La hipertensión es un motivo de alerta ya que puede aumentar el riesgo de sufrir infartos y hemorragias cerebrales.

La diabetes, el sedentarismo, la obesidad, el consumo de tabaco y alcohol o el colesterol elevado también son factores modificables que pueden favorecer el sufrir un accidente cerebrovascular.

Existen también factores no modificables, sobre los que no podemos incidir, que también predisponen a una persona a sufrir un ictus.

El principal factor de riesgo no modificable de sufrir un ictus es la edad. A partir de los 55, cada década se duplica la probabilidad de sufrir un ictus.

Los factores genéticos pueden estar implicados en un tercio de los ictus diagnosticados. Es difícil saber cómo actúan pero pueden favorecer la aparición de factores de riesgo como la hipertensión o diabetes.

Sabiendo estos datos, está en nuestras manos el llevar un estilo de vida saludable y reducir en la medida de lo posible los factores modificables.

Un nuevo estudio que se llevará acabo en el hospital Vall d’Hebron con la participación de Royal Philips, analizará la validez de un nuevo circuito de atención para los pacientes de ictus. Así, se espera reducir significativamente el riesgo a sufrir secuelas.