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¿Qué es un Ictus o un accidente cerebrovascular?
Un ictus o accidente cerebrovascular (ACV) es la muerte del tejido cerebral generada por la interrupción del riego sanguíneo en el cerebro y, por tanto, del oxígeno que llega a éste.
Además, es uno de los motivos más frecuentes por los que se recurre a asistencia neurológica inmediata. Por ello, actuar ante un episodio así con rapidez es sumamente vital. Cuanto mayor es el tiempo que transcurre sin que se produzca circulación alguna en el cerebro, menores serán las posibilidades de recuperación y más grande el daño.
También, se considera como una de las causas más importantes de incapacidad permanente en el adulto, así como la segunda causa de muerte en hombres y la primera en mujeres en España.
El ictus es, a su vez, la primera causa de discapacidad por Daño Cerebral Adquirido (DCA). En España tenemos 420.000 personas con DCA. En el 78% de ellas su origen radica en un ictus.
Recordemos que el ictus es la enfermedad y el Daño Cerebral Adquirido su consecuencia en forma de discapacidad.
La importancia de reaccionar inmediatamente ante un ictus o accidente cerebrovascular
El tiempo y la capacidad de reacción, como hemos mencionado, son cruciales. Es importantísimo que ante cualquier síntoma, nos dirijamos de manera inmediata a un centro hospitalario para recibir la más pronta atención médica.
Cuanto más rápido se detecte y se active el protocolo específico para estos casos, más se podrán aprovechar la neuroplasticidad del cerebro.
Esta hará que, durante las primeras horas, sea más fácil recuperar las funciones cerebrales que hayan podido ser afectadas.
Existen dos tipos de ictus:
1. Isquémico (infarto cerebral)
Producido por la disminución del flujo sanguíneo al cerebro derivada del anclaje de un coágulo en algún punto de la arteria que obstruye dicho flujo. Debido a la falta de oxígeno por el corte en la irrigación se producen daños en la zona no irrigada.
2. Hemorrágico (hemorragia cerebral)
Provocado por la ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro. El derrame provoca que una disminución del flujo sanguíneo, lo que hace que el oxígeno no llegue a todo el cerebro y genere daños.
¿Cuáles son los síntomas de un ictus?
Conocer los primeros síntomas puede ayudarte a ahorrar en reaccionar. Compártelos con tus familiares y conocidos.
- Pérdida de fuerza o sensibilidad en la mitad del cuerpo (cara, brazo y pierna del mismo lado)
- Dificultad para hablar o para entender
- Sensación de vértigo o desequilibrio
- Pérdida de sensibilidad u hormigueos en la mitad del cuerpo
- Pérdida súbita total o parcial la de visión o visión borrosa
- Dolor de cabeza muy intenso distinto del habitual
Causas y factores de riesgo:
- Hipertensión
- Colesterol alto
- Obesidad
- Sedentarismo
- Tabaquismo
- Consumo habitual de drogas y alcohol
- Diabetes
- Hipercolesterolemia
- Enfermedades cardiacas
- Estrés
- Apnea del sueño
- Llevar una vida poco saludable
Las secuelas de un ictus
Sus secuelas pueden afectar de manera notable la calidad de vida de la persona que lo ha sufrido.
1. En el nivel de alerta: se refiere específicamente a los estados de coma, de duración variable según el caso. En algunos, la persona no despierta y se mantiene en Estado Vegetativo Persistente o Síndrome de Vigilia sin Respuesta.
2. En el control motor: complicaciones físicas, como parálisis (hemiplejía), disminución de fuerza (hemiparesia) o tensión y rigidez en los músculos (espasticidad).
3. En la comunicación: la persona puede presentar dificultad para producir sonidos, leer y utilizar las palabras correctas o comprenderlas.
4. En la cognición: problemas con el pensamiento complejo, con la capacidad de mantener la atención y problemas de memoria, de desorientación y confusión.
5. En las emociones y la personalidad debido a una falta de conocimiento y comprensión: alteraciones emocionales, irritabilidad, conducta sexual inapropiada, depresión, apatía…
6. Alteraciones sensitivas y sensoriales: en relación con cómo percibimos la información de nuestro entorno a través de los sentidos y con cómo percibimos nuestro propio cuerpo.
Cuando nosotros o alguien de nuestro entorno padece un ictus o accidente cerebrovascular (ACV), hemos de ser conscientes de que no afecta tan solo a la persona que lo ha sufrido, sino también a aquellos cercanos a ésta. La familia se convertirá en el punto de apoyo, cuidado y asistencia.
Cada individuo que haya padecido un ictus necesitará un tipo de atención y ayuda u otro. En algunos casos, nos podemos encontrar con que esa persona haya cambiado en cuanto a carácter y forma de ser.
Enfrentarnos a esos cambios de forma de ser y comportamiento, es muy duro psicológicamente.
El escaso conocimiento socialmente existente sobre las consecuencias del ictus, y sus secuelas cognitivas invisibles, dificultan la identificación y comprensión social de este tipo de discapacidad.