El blog del asistido

Actuar ante una persona con pérdidas de memoria

Publicado por ASISTED el 7 mayo, 2019

Pérdida de memoria

A medida que nos hacemos mayores se pueden producir pérdidas de memoria. A partir de cierta edad, dichas pérdidas serían consideradas normales por los profesionales como parte de un deterioro biológico propio de los años. Pero también podrían ser producto de un deterioro cognitivo no natural y un indicativo claro de que algo está sucediendo en el cerebro. Es decir, que lo esté provocando algún tipo de enfermedad neurodegenerativa.

No todas las demencias generan pérdidas de memoria. Por lo cual, es importante que cuando empezamos a detectar dichas pérdidas en nuestro familiar, acudamos de inmediato al médico de cabecera para que nos derive a un geriatra, si la persona tiene una edad avanzada, o a un neuropsicólogo para determinar y valorar si dichas pérdidas son propias de la edad o producto de otros factores como puede ser el Alzheimer u otro tipo de demencia.

Actuar de manera inmediata y acudir al médico

Es importante que en cuanto nos demos cuenta de esos cambios, no esperemos a que vayan a más y que actuemos lo más tempranamente posible.

Si la persona padeciera una enfermedad neurodegenerativa, el tiempo es crucial para desacelerar el proceso de disminución de capacidades. Cuanto antes obtengamos un diagnóstico, antes podremos ponernos a trabajar para mantener las habilidades de la persona el máximo tiempo posible.

Cuanto más tiempo pase sin que hagamos nada al respecto, más deterioro se producirá. Y lo que se ha perdido, por el daño producido en ciertas áreas del cerebro, ya no puede recuperarse. Por lo que hay que ir a proteger y mantener activas tales capacidades y habilidades, y las áreas cognitivas no dañadas todavía.

Ese debería ser nuestro primer protocolo de actuación que debemos poner en marcha en cuanto empezamos a detectar pequeños problemas de memoria sin esperar que vayan a más: acudir a un profesional que nos oriente y solucione nuestras dudas. De nuevo, si la persona no tiene una edad muy avanzada, esas pérdidas de memoria podrían ser un claro indicativo de que algo está sucediendo en el cerebro y las primeras manifestaciones de una patología tipo demencia.

¿Cómo actuar ante la pérdida de memoria de un familiar?

Ya sea por un motivo u otro, un deterioro natural por edad o las consecuencias de una enfermedad neurodegenerativa, debemos seguir unas pautas de actuación puesto que el individuo va a depender de nosotros.

Comprensión, amor y respeto

Fundamental es el tratarle siempre con la mayor comprensión y el máximo amor y respeto. Pongámonos en su piel y mostremos empatía. Ellos no actúan así porque quieren y son muy conscientes de esos fallos.

Ante preguntas repetitivas evitemos el contestar mal. Perder la paciencia por el desgaste psicológico al ser preguntados lo mismo una y otra vez, es algo muy normal que nos ha pasado a todos pero luchar contra ello es un desgaste innecesario y solo va a provocar más frustración en ellos y en nosotros, y puede llegar a rozar, en ciertas situaciones, el maltrato psicológico.

Muchos, al principio, pueden hacerles comentarios como: ‘¡Pero sí ya te lo he dicho mil veces!’, ‘¿No te acuerdas?’, ‘¡Qué mal estás de memoria!’, ‘¡Lo estás haciendo a propósito!’, ‘¡Se te va la cabeza! y similares.

Expresiones así no se deben emplear nunca aunque todos en algún momento lo hayamos hecho por falta de conocimiento o por la saturación y pérdida de paciencia que nos provoca el que se nos esté preguntado lo mismo una y otra vez.

Con ello, lo único que estamos consiguiendo es mermar el autoestima de la persona, que de por sí ya es consciente y está sufriendo internamente porque sabe que su cabeza le está fallando, se siente mal, inútil, limitado/a, incomprendido/a y poco a poco va perdiendo seguridad en sí mismo/a.

Paciencia

Todos quiénes hemos cuidado o cuidamos, como ya hemos mencionado, podemos encontrarnos saturados con repeticiones de preguntas incesantes y perder los nervios. Todos hemos perdido la paciencia. ‘Paciencia’ es la palabra que más en boca tienen los cuidadores familiares. Y ese tipo de paciencia se va desarrollando con el tiempo.

El cuidar y asistir a una persona requiere de grandes dosis de paciencia y perseverancia que se han de multiplicar si la persona pierde la memoria y repite las mismas acciones sin ser conscientes de esto.

La vida se puede hacer muy complicada si no se toma distancia de una situación extenuante. Y es por eso que el tener ayuda profesional que nos oriente y guíe en cómo gestionar emocionalmente dicho proceso, nos hará más fácil el recorrido a nosotros y a la persona dependiente.

Por ello te invitamos a que te suscribas a nuestra newsletter y recibas en tu correo consejos y recomendaciones sobre cómo asistir y cuidar a un ser querido.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *