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¿Qué plan de cuidados necesita un enfermo de Alzheimer?

Publicado por ASISTED el 16 abril, 2019

Plan cuidados alzheimer

Cuando tenemos a un enfermo de Alzheimer en casa, es imprescindible crear un plan de cuidados adaptados a la persona y sus necesidades.

Contar con uno, organizar su día a día y acondicionar el espacio a ellos es fundamental. Como también lo es ir ajustando dicho plan según el estado del individuo en el punto de la progresión de la enfermedad en la que se halle.

A continuación compartimos con vosotros consejos y pautas que os ayudarán a establecer un plan de cuidados más efectivo y a saber qué aspectos se deben tener en consideración en el mismo.

Plan de cuidados para la estabilidad del enfermo de Alzheimer

Establecer una rutina de horarios y actividades te ayudará a gestionar mejor tu tiempo y el del enfermo, y le aportará una mayor estabilidad a su vida.

Los cambios los ponen nerviosos y los alteran. Lo distinto, lo diferente, lo que se sale de su día a día y de su cotidianidad les genera un alto grado de estrés y angustia.

El esfuerzo que sus mentes tienen que realizar ante todo aquello que no están acostumbrados a hacer, por inercia y repetición, es tan mayúsculo que pueden acabar agotados, alterados o confusos en exceso (por ejemplo: una comida de familia especial, una visita inesperada de un conocido, un viaje sin el cuidador, una hospitalización).

Cuantas más rutinarias y familiares sean las pautas del día a día y de la semana, más estable estará el enfermo.

¿Qué medidas de seguridad debo implementar en el plan de cuidados?

Proporcionarles un ambiente seguro a los enfermos es una de las tareas más importantes y vitales del cuidador.

Un ambiente seguro puede contribuir a prevenir lesiones y ayudar a la persona con demencia a sentirse más relajada y menos abrumada.

Para mejorar la seguridad, estudia su entorno habitual, tratando de ver el mundo a través de los ojos de alguien que padece Alzheimer.

Detecta aquellos elementos que puedan constituir un peligro actual o futuro y adapta el ambiente según sus necesidades:

En el Plan de Cuidados, céntrate en la prevención

  • No esperes que la persona vaya a hacer las cosas con seguridad.
  • Elimina aquellos elementos potencialmente peligrosos.
  • Sé paciente y haz las cosas sin prisa.
  • Pueden ocurrir accidentes cuando uno se apresura.
  • Sé realista. No puedes anticipar casa riesgo, ni prevenir cada problema.
  • Trabaja para crear un equilibrio entre la seguridad y su necesidad de intimidad e independencia.
  • Simplifica las rutinas y guía a la persona paso a paso, especialmente durante las actividades complejas del cuidado personal, como bañarse, ir al aseo y vestirse.

Evita la posibilidad de atragantamiento o envenenamiento

Recuerda, que debido a los cambios que se producen en el cerebro, la persona que tiene Alzheimer no entiende que ingerir sustancias extrañas puede llevarla al atragantamiento o al envenenamiento.

  • Cierra con llave los armarios y cuartos que contengan sustancias tóxicas. Guarda todos los medicamentos bajo llave.
  • Controla la ingesta de pastillas.
  • Esconde los artículos peligrosos de higiene personal como pueden ser las hojas de afeitar.
  • Deshazte de aquellas plantas que puedan ser tóxicas.
  • No dejes que la comida se pudra en la nevera o en los cajones y armarios. Podría comérsela.
  • Prueba la temperatura de la comida antes de servirla. La persona con Alzheimer puede tener dificultad a la hora de distinguir si un alimento está demasiado caliente para comerlo.
  • Prepárate para lo inusual. Algunas personas pueden llegar a comer cosas como arena, tierra, los pañales o incluso las heces.

Ten cuidado con los cuchillos, los aparatos eléctricos y las herramientas

  • Mantente vigilante, pues la persona con Alzheimer puede haber olvidado el uso correcto de los aparatos eléctricos y las herramientas. Algunos elementos potencialmente peligrosos son las tostadoras, hornos, cafeteras, herramientas eléctricas, cortacéspedes y barbacoas.
  • Entiende que incluso los aparatos que parecen seguros pueden ser peligrosos. Por ejemplo una persona puede intentar abrir una lata de comida con un destornillador.
  • Coloca los aparatos eléctricos que no representan un peligro a la vista para que los encuentre.
  • Convéncela para que entre en la cocina solamente cuando estáis juntos.
  • Considera tomar precauciones tales como guardar los cuchillos bajo llave, esconder los aparatos eléctricos y extraer los botones de encendido de los fogones.
  • Desenchufa todos los aparatos eléctricos que se calientan (como las cafeteras) cuando no se utilizan.
  • Apaga el gas y la electricidad en ciertas áreas del hogar.
  • Haz una revisión regular de los cables eléctricos para ver si están dañados.
  • No dejes colgando los cables eléctricos.
  • Cubre los enchufes con protectores de seguridad.

Sé precavido con la temperatura y el fuego

  • Recuerda que la persona con Alzheimer puede perder la capacidad para diferenciar la temperatura y olvidar el riesgo que eso supone.
  • Ten cuidado con cosas como las cocinas de fogones, los calentadores, las planchas para el pelo, la comida preparada en microondas, las estufas de todo tipo y las mantas eléctricas.
  • Evita el uso de agua muy caliente. Gradúala siempre a una temperatura agradable. Instala protectores para que no se queme con los grifos del agua si éstos se calientan mucho. Ayuda a la persona con Alzheimer a probar la temperatura del agua y a mezclar la caliente con la fría si es necesario.
  • Evita los accidentes asociados con cocinar y comer:
    • Coloca las asas de las ollas hacia la parte interior de los fogones.
    • No dejes que la persona con Alzheimer use ropa suelta al cocinar.
    • No coloques contenedores con líquido caliente cerca del borde de las mesas y encimeras de la cocina.
    • Vierte los líquidos calientes en la dirección opuesta al cuerpo de la persona. Mantén el recipiente lo más lejos posible de ésta para evitar accidentes.
    • Prueba la temperatura de las comidas preparadas en microondas antes de servir.
    • Usa manteles individuales en la mesa en vez de manteles grandes.
    • Cubre todas las bombillas con pantallas para que no queden expuestas.
    • Esconde las cerillas y los encendedores.
    • No dejes que la persona fume, si es posible, o supervísala si lo hace.
    • Instala extintores y alarmas de humo. Revísalos periódicamente.

Prevé los tropiezos y caídas

  • Asegúrate de que la persona utiliza zapatos con suela anti-deslizante.
  • Reduce el desorden.
  • Retira cables y otros posibles obstáculos del suelo.
  • No dejes que las mascotas duerman en medio de zonas de paso.
  • Coloca muebles y objetos fuertes a lo largo de las vías de paso más transitadas, para que la persona pueda agarrarse a ellos para descansar si lo necesita y así moverse con más seguridad.
  • Evita cambiar los muebles de sitio.
  • Cerciórate de que todos los bordes de las alfombras estén asegurados.
  • Limpia inmediatamente el suelo si se vierte un líquido para evitar resbalones.
  • Asegura las escaleras. Mantenlas bien iluminadas. Instala pasamanos a ambos lados.
  • Asegúrate de que los escalones sean uniformes y de igual profundidad. Trata de pintar de un color diferente el borde de cada escalón para que se vean mejor.
  • Instala rejas de seguridad para niños al principio y al final de las escaleras.
  • Comprueba que la luz esté distribuida uniformemente, para evitar que haya zonas que estén muy iluminadas y otras muy ensombrecidas.
  • Instala luces nocturnas que marquen el camino de la cama al baño.

Aplica precauciones especiales en el cuarto de baño

  • Instala elementos como barras y pasamanos, asientos de baño y sillas para el inodoro.
  • Pega tiras de material anti-deslizante sobre las superficies resbaladizas de la bañera y la ducha.
  • Saca los aparatos eléctricos del baño para reducir el riesgo de electrocución.
  • Instala enchufes con toma de tierra en las áreas cercanas a las instalaciones y depósitos de agua.

Prevé el deambular del enfermo

  • Instala perillas de seguridad.
  • Coloca cierres en la parte superior o inferior de la puerta, fuera de la vista de la persona con Alzheimer.
  • Cubre la puerta que da al exterior, colocando una tela oscura sobre ella, para evitar que la persona se acerque e intente abrirla.
  • Usa un sistema de vigilancia con monitores (como los que se utilizan para ver y escuchar a los bebés) o instala puertas correderas, para que puedas estar pendiente de lo que hace la persona con demencia mientras esté en otro cuarto.
  • Cuelga campanillas en las puertas.
  • Instala alarmas electrónicas.
  • Haz que la persona lleve puesta una pulsera de identificación.

Crea un plan de cuidados de emergencia

  • Prepara y deja a la vista una relación con los números de teléfono principales de los distintos servicios de emergencia de tu ciudad y/o país: policía, bomberos, hospitales y centro médico de información toxicológica.
  • Ten un plan de escape de incendios preparado.
  • Recluta a alguien que viva cerca para que te ayude en caso de emergencia.

¿Cómo afronto el tema de la higiene en el Plan de Cuidados?

Gestionar la higiene del enfermo podría ser la actividad más difícil de llevar para un cuidador. Para la persona con demencia es fácil percibir la experiencia de ser lavada como muy desagradable o amenazadora.

El aseo es una de las actividades más íntimas y personales. Y por eso el que sufre de Alzheimer puede mostrar irritabilidad y/o agresividad al verse asistido en el baño.

Las siguientes sugerencias para el plan de cuidados pueden ayudarte a hacerle más fácil la actividad:

Explora las capacidades de la persona

Motívala para que haga todo lo posible por sí misma; mantente preparado para ayudar cuando sea necesario. Determina su capacidad para:

  • Encontrar el baño.
  • Ver bien.
  • Mantener el equilibrio.
  • Alcanzar las cosas y estirar los brazos.
  • Recordar los pasos incluidos en el proceso del aseo: seguir instrucciones y/o entender ejemplos.
  • Saber usar los diferentes productos, como el jabón, el champú, la toalla, etcétera.
  • Saber percibir correctamente la temperatura del agua.

Prepara el cuarto de baño con anticipación

  • Ten listas las toallas, el jabón y el champú, antes de comunicarle que es hora de bañarse.
  • Mantén el baño caliente y agradable.
  • Usa toallas grandes que puedan cubrirla completamente y darle sensación de intimidad y abrigo.
  • Ten a mano una toalla con la que proteger sus ojos del agua y/o el champú.
  • Asegúrate de que el jabón y el champú siempre estén a su alcance.
  • Llena la bañera y comprueba cómo reacciona al entrar en ella. Puede ser mejor hacerlo después de que el enfermo se haya sentado en su interior.
  • Llena la bañera solamente con uno o dos palmos de agua para evitar accidentes.
  • Mójala y aclárala con el teléfono de la ducha. Asegúrate de que la presión del agua no sea muy fuerte.
  • Controla la temperatura del agua para que no se queme. Recuerda que tal vez no pueda diferenciarla.

Céntrate en la persona y no en la actividad

  • Dale la opción de escoger (por ejemplo: pregúntale si le gustaría asearse ahora o en quince minutos, o si prefiere bañarse o ducharse). Utiliza el plural cuando hables de acciones en vez del singular (por ejemplo: «vamos a bañarnos», en lugar de «vamos a bañarte»).
  • Intenta que participe en el proceso (por ejemplo: tenle a mano una toalla pequeña, una esponja o una botella de champú).
  • La persona puede percibir el acto de bañarse como algo amenazador. Si se resiste, distráela un momento y vuelve a intentarlo.
  • Elógiala muy a menudo por sus esfuerzos y cooperación.
  • Protege siempre su dignidad, intimidad y comodidad. Trata de hacerla sentir menos vulnerable al cubrirla con una toalla grande cuando la desnudas.
  • Tapa o quita los espejos si no reconoce su propio reflejo o piensa que hay un desconocido en el baño con ella.
  • Asegúrate de que la persona que la ayuda a bañarse sea conocida y del mismo sexo.
  • Sé flexible. Deja que entre en la bañera o en la ducha con su ropa puesta si quiere. Es posible que prefiera desvestirse una vez esté mojada.
  • Coloca toallas encima del asiento de la ducha o encima de otras superficies frías o incómodas.
  • Ten preparados métodos de distracción por si se agita (por ejemplo: ponle música suave o canta con ella).

Adapta el proceso

Trata de fijar una hora específica para el aseo. Si la persona está acostumbrada a bañarse por la mañana, intenta mantener esa rutina para no confundirla.

  • Usa frases simples para ayudarla con el proceso de asearse, tales como: «Coloca tus pies en el interior de la bañera», «Siéntate», «Coge el jabón», «Enjabónate los brazos».
  • Recuérdale lo que hay que hacer. Haz que preste atención a lo que dices. Coloca tu mano encima de la suya y guía las acciones que debe realizar.
  • Usa un asiento ajustable en la bañera o en la ducha para que le sea más fácil el proceso.
  • Lavar el pelo puede ser muy difícil. Usa una toalla pequeña para lavar y enjuagar su pelo. Hazlo en el lavamanos para evitarle molestias.
  • Asegúrate de que sus zonas genitales estén bien lavadas, especialmente si sufre de incontinencia.
  • Asegúrate de limpiar debajo de los senos y allí donde la piel se dobla.

Simplifica el proceso

  • Jabón multiusos hipoalergénico para lavarle el cuerpo y el pelo.
  • Usa un jabón especial que no necesite aclarado.
  • Usa esponjas desechables con jabón Ph neutro.

Considera alternativas en el plan de cuidados

  • Lávala por partes.
  • Lávale el pelo en otro momento y por separado, o alternando un día sí y otro no.
  • Alterna un lavado con esponja desechable con un baño completo en bañera o una ducha.

No te olvides en el del cuidado después del baño

  • Observa si hay zonas rojas sobre la piel de la persona (como sarpullidos o llagas), especialmente si sufre de incontinencia o pasa sentada o acostada mucho tiempo.
  • Haz que se siente al secarla y cambiarla de ropa.
  • Asegúrate de que esté completamente seca antes de vestirse. Sécala dando pequeñas palmadas con la toalla en lugar de frotar sobre su piel.
  • Usa algodón para secar entre los dedos de los pies.
  • Usa una loción corporal hidratante para mantener su piel suave y flexible.
  • Aplica polvos de talco bajo los senos y en las zonas donde la piel se dobla. Si la persona se resiste al desodorante, trata de usar bicarbonato en su lugar.

Seguridad en el baño

  • Nunca dejes a una persona con demencia sola en el cuarto de baño.
  • Baja la temperatura del calentador del agua para prevenir lesiones por escaldadura.
  • Revisa siempre la temperatura del agua.
  • Usa siempre una alfombra de baño anti-deslizante en la bañera o en la ducha.
  • Instala barras de sujeción y un asiento en la bañera o en la ducha.
  • Asegúrate de que el suelo del baño esté seco para evitar resbalones.

Las pautas alimenticias para un plan de cuidados de un enfermo con Alzheimer

Llevar una alimentación correcta es algo que todos deberíamos hacer, independientemente de nuestra edad o estado de salud. Recomendamos, para ti y para el enfermo, lo siguiente:

  • Hacer cuatro o cinco comidas al día: desayuno, snack, comida, merienda y cena.
  • Es mejor hacer más comidas y comer menos cantidad: evita las digestiones pesadas y mantiene activo el metabolismo.
  • Hacer cenas ligeras y tempranas para no acostarse con el estómago pesado.
  • Reducir el café a una única toma al día (preferible en el desayuno) y cambiar a descafeinado.
  • Eliminar el té: la teína es más excitante que la cafeína.
  • Introducir las infusiones en la dieta diaria: tienen grandes propiedades naturales y existe una amplia variedad de ellas.
  • Eliminar el alcohol: altera el estado de ánimo y puede interferir con la medicación.
  • Evitar los refrescos carbonatados: por los gases que producen y la glucosa que contienen.
  • Evitar las bebidas con alto contenido en azúcar: un exceso de azúcar puede provocar diabetes tipo 2, caries y excitación, además de no alimentar y engordar.
  • Los zumos de fruta dulce y madura, hechos en casa, y los batidos de fruta con leche de soja son una gran alternativa y muy nutritivos.
  • Beber entre un litro y medio y dos litros de agua al día: los mayores se deshidratan con mayor facilidad.
  • La dieta debe ser variada y equilibrada, combinando proteína (especialmente a través de carnes blancas y pescados ricos en omega 3), legumbres, frutas, verduras, frutos secos y carbohidratos.
  • Lácteos: sin abusar y con moderación. Mucha gente mayor sufre de intolerancia a la lactosa. Los productos «lácteos» sin lactosa o derivados de la soja son una buena alternativa.
  • Eliminar las grasas de la dieta: mantequilla, fritos y salsas.
  • Eliminar la bollería industrial y la comida procesada y artificial.
  • Reducir los dulces o buscar alternativas bajas en azúcar.
  • Eliminar la sal de la dieta: sube la tensión y provoca retención de líquidos.
  • Cocinar al horno, a la plancha, al vapor o hervido con poco aceite.
  • El aceite es preferible tomarlo en crudo: si es aceite de oliva virgen extra, más sano y beneficioso.
  • Darse caprichos de vez en cuando.

La actividad del enfermo

Mantén activo y estimulado al enfermo tanto física como mental y emocionalmente. La actividad y la estimulación son muy beneficiosas.

Empújalo. Sírvele de bastón de apoyo. Pero no permitas que se quede sentado todo el día en un sillón sin hacer nada.

Cuanto menos activo esté y menos estímulos reciba, más campo de acción y movimiento le estás otorgando a la enfermedad, para que campe a sus anchas, y más estás fomentando el deterioro y pérdida de sus facultades físicas y mentales.

El sueño en el plan de cuidados de un enfermo de Alzheimer y su cuidador

Dormir es imperativo. Tanto el enfermo como tú debéis descansar.

Si te encuentras con que sufre de alteraciones y trastornos del sueño, si se despierta por las noches y no duerme ni te deja dormir, habla con su médico para que le recete algún tipo de medicación que lo ayude a conciliarlo y te asegure unas cuantas horas de descanso nocturno.

Sin un buen sueño reparador es imposible cuidar sin terminar quemándose.

Por último recordemos que…

Un enfermo de Alzheimer va a experimentar un amplio abanico de emociones y sentimientos.

Al cuidador también le ocurrirá. Entiende que muchas veces no será el enfermo el que hable o se exprese, sino la enfermedad a través de él.

Lo único que puedes hacer es escucharlo, darle calor y mucho amor, y hacerlo sentir acompañado, querido y protegido. El profesional será el encargado de ayudarlo con medicación, a fin de estabilizarlo del mejor modo posible.

Para tener esto controlado, es fundamental contar con un plan de cuidados detallado.

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