Transformando vidas a través de la terapia asistida con caballos
La Asociación de Terapias Ikigai, a través de su centro de terapia y desarrollo TAC Cal Francés, se erige como un faro de apoyo para personas de todas las edades que enfrentan desafíos en su salud mental. Ubicado en una espaciosa finca rodeada del parque agrario del Baix Llobregat, el centro no solo ofrece terapias innovadoras, sino que también busca expandir su impacto más allá de sus instalaciones.
La filosofía detrás de este tipo de terapias no solo radica en la aplicación de técnicas terapéuticas, sino en la búsqueda de un propósito y bienestar para aquellos que participan en estas experiencias. Al explorar la intersección entre la filosofía japonesa del “ikigai” y las terapias con animales, se revela una conexión profunda entre el propósito, la conexión emocional y la realización personal.
Un Espacio dinámico y protector
El centro, equipado con instalaciones de vanguardia, proporciona un ambiente propio para la realización de terapias ocupacionales, sesiones de integración sensorial, musicoterapia y, en particular, terapia asistida con caballos (TAC). El equipo profesional, compuesto por terapeutas ocupacionales certificados y, liderado por Fani Marin, directora del centro, trabaja incansablemente para ofrecer un enfoque integral y personalizado a cada individuo.
A través de la terapia asistida con caballos y la terapia ocupacional, la Asociación se compromete a mejorar la calidad de vida de sus usuarios y sus familias. Las sesiones de terapia ocupacional buscan lograr la máxima autonomía, abordando las limitaciones individuales y fomentando la participación en las actividades diarias. Además, se prioriza la inclusión social y la diversidad funcional, siempre teniendo en cuenta el bienestar de los animales participantes en la terapia.
Nuestra experiencia en la Llar Sant Josep
Recientemente, en ASISTED, pudimos presenciar una actividad única en la Llar Sant Josep, donde la combinación de terapia sensorial, ocupacional y equinoterapia creó un espacio de estímulo y aprendizaje. Utilizando el caballo como base de la sesión, se fomentó la interacción táctil y visual, permitiendo a los participantes experimentar una forma única de terapia. Las sesiones, adaptadas a las necesidades individuales de cada participante, involucraron actividades como cepillar al caballo y juegos ocupacionales, potenciando así habilidades específicas.
Fuimos partícipes de las historias de transformación que teje la Asociación de terapias Ikigai, empoderando a aquellos que buscan superar sus obstáculos. La interacción con los caballos se convirtió en un puente entre el mundo humano y el animal, generando una conexión emocional única. En esta conexión, los participantes encontraron un refugio emocional, un espacio donde la expresión auténtica de sus emociones se encuentra con la sensibilidad y la aceptación de sus acompañantes equinos.